viernes, 30 de septiembre de 2011

Little white dress

Little white dress
Little white dress (2)

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traducción del portugués al español

Hace algún tiempo, en una de estas casillas de comentarios alguien señaló que era su primera vez en estos lugares. Elogiaba el espíritu general de la cosa, pero remarcaba que, para que esto fuera realmente bueno, me faltaba algo de vocabulario fashionista. La verdad, en esa materia tengo poco o nada que ofrecer. Acostumbro a mandar a sitios feos a la gente que me impone atributos como trendy, fashion y similares. No sé el nombre específico de un montón de cosas (para mí existen los pantalones, pantalones cortos, camisas, camisetas, sudaderas, chaquetas, cazadoras y abrigos); y, en general, no encuentro muy afrodisíaco el emplear un vocabulario cool en mis publicaciones.

La verdad es que, por el simple hecho de que tenemos un blog, hay todo un mundo que se abre, al hacer clic en el perfil de alguien que nos dejó el comentario más ingenioso (o seamos sinceros, que tiene la foto más sugerente), porque recibimos correos electrónicos de otras personas que un día también decidieron perder, frente al ordenador, algo más del tiempo necesario para consultar su correo personal por cualquier otro motivo debido a el principio básico de que, desde el momento en que publicamos cosas en la Web, nos convertimos también - en ese preciso momento – en sus prolíferos consumidores. Me doy cuenta de que hay cosas que se llaman jumpsuits o bolsos navajo y un sin fin de material conceptual que, aunque yo quisiera aprender (y va... vamos a asumir que quiero hacerlo), ciertamente no lo conseguiría. Es más, el otro día, durante unas cuantas visitas a blogs, descubrí las iniciales de aquello que, por lo que me han dado a entender, es una especie de abecedario del armario femenino - los LBD. Todavía hubo ahí un momento en que el doliente sexual que hay en mí tuvo la esperanza de haber encontrado alguna conexión armoniosa entre estilo/moda y una fantasía soft core, pero me tuve que conformar con un Little Black Dress (pequeño vestido negro).

Y como no debo haber descubierto eso hace más de 30 días … cuando encontré a estas dos chicas en ciudades diferentes, las miré con luces diferentes y les hablé en idiomas diferentes y pensé… “¿No habrá también un “L(ittle) W(hite) D(ress)?” Debe haberlo. Pero si hubiera hecho la búsqueda antes de escribiros, nada de esto tendría la misma gracia. Porque para ser sincero, la alegría pueril que encuentro en este texto, es la forma de compartir la ridícula expectativa de habérseme ocurrido que, cuando salté de la cama, podía haber descubierto un nuevo concepto a escala mundial. El mismo concepto que Google me deberá responder en 5 minutos con unos pocos millones de resultados, y que si yo, si tuviera ese vocabulario mínimamente aceptable, ya lo habría publicado hace tiempo…

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Priscila

Priscila Betancort
Priscila

"Sólo contigo hacia un blog" me digo a mi mismo a veces. Porque paso por su lado dos, tres o más veces y siempre me da ganas de hacerles la misma sugerencia que un día empecé a hacer a aquellos que llamaban mi atención. Porque hay personas que, cada vez que pasan por mi lado, parece que me sugieren (sin darse cuenta) "José, venga una foto?". Y sigo, pensando para mi mismo "tu solita(o) me dabas para un blog"

Después de reencontrarme en Barcelona con una chica que ya había fotografiado en Oporto o tropezar en Nueva York con el mismo italiano, que ya había fotografiado en Milán, cruzarme en Madrid con una chica cuyo blog visito a menudo ya no me impresiona. Pero lo bueno es que Priscilla no "daría para un blog." Ella es un blog. Y eso se nota en que fuera cual fuera el día que la hubiese encontrado ella siempre habría acabado apareciendo aquí. Y si persisten las dudas... quítatelas aquí


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miércoles, 21 de septiembre de 2011

(las alas de) Desirée [Madrid, Barrio Salamanca]

Desirée

No tengo tatuajes. Nunca tendré. Algo que no puedo ni siquiera imaginar tendría que ocurrir en mi vida para que esto llegara a suceder. Pero eso no significa que no me gusten, no los aprecie o admire. Como tampoco visto de negro y ya fotografié hombres de luto de la cabeza a los pies. De hecho... Si no estuviera abierto a estímulos diferentes de aquellos que encuentro en el espejo, ninguno de los que me están leyendo en este preciso momento perdería más tiempo aquí. Y siempre he sentido esto. Como cuando de niño me cambiaba de ropa después de un almuerzo con la familia para ir a un concierto de una banda de rock duro y me sentía bien tanto en la piel de un nieto educado como la de adolescente irreverente. Y pienso que esa es simplemente la forma, a pesar de la ropa o el aspecto, en que me voy enfrentando (o intentándolo) a todo lo que sucede a mi alrededor. Porque no tuve que hacer un esfuerzo para que me gustara Desirée. Porque si esto me supusiera esfuerzo este blog habría cerrado ya hace mucho tiempo. Como tampoco tuve que hacer ningún esfuerzo para sonreír con Ana, con William o con su novia. Porque en ese momento (así) me enamoré de la imagen de Desirée. Yo, que jamás tendré un tatuaje.

Se la robé a sus amigos, tiré de ella hacia la luz y la fotografié. Hice la foto más bonita de mi vida. Y se lo dije. Ella, claro... pensó yo era un tipo educado. Yo no soy nada educado. Soy sólo un tipo que hoy mismo podría dar el blog por cerrado. Ahora mismo…….ya que hice la foto de mi vida


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martes, 20 de septiembre de 2011

lunes, 19 de septiembre de 2011

viernes, 16 de septiembre de 2011

lunes, 12 de septiembre de 2011

viernes, 9 de septiembre de 2011

La misma Maria en otro Passeig del Born

A mesma Maria num outro Passeig del Born

Tropecé con Maria hace casi un año en Oporto. Me gustó fotografiarla. Pero me gustó fotografiarla mas allá de lo fue el resultado final de media docenas de fotos en la Avenida de los Aliados. Porque, más allá de los archivos JPG que reproduzco, siempre quedan destellos de conversaciones, anécdotas, nombres o simplemente momentos. Y recuerdo que descubrí en María aquel espanto común entre los que parecen sorprenderse cuando alguien pierde el tiempo en mirarles, en dirigirles la palabra o en darles a entender que su apariencia les causó, tan simple como esto, una sensación agradable.

Paseaba yo por Barcelona con un amigo cuya despedida de soltero me había arrastrado allí cuando me pareció ver una mirada ligeramente familiar. Voy a ahorraros los detalles sobre el regocijo que me produce cuando encuentro a alguien que ya fotografié antes, en un sitio diferente – y más lejano - de aquel donde me lo había encontrado antes. Me da una sensación extraña de globalidad que jamás pensé alcanzar cuando empezaba con esta página web de aficionado. Y fue con la alegría infantil de quien acaba de disparar una de sus fotos preferidas que, por mera curiosidad turística, miré el nombre de la calle dónde estaba y leí:

_ “Passeig del Born”

Un nombre que se me había quedado por otro post, por otra foto, por otra belleza ante la cual uno difícilmente puede permanecer indiferente. El nombre de la calle (en este caso… de un paseo) que solo puede haberse quedado en mi memoria en virtud de una obsesión supuestamente saludable por la página de aficionado que vos hablé un poco más arriba. La tal, que por un motivo cualquiera que ni me puedo explicar, pareces hacer punto en leer en este preciso instante.

Otra foto de una misma persona, en otro lugar, en otro momento, en otra ciudad. En una isla cerca de allí dónde los nombres de las calles se pronuncian de la misma forma que en Cataluña (pero dónde dicen que hablan otra cosa, un tal mallorquín; a pesar de, que en Barcelona, todos los taxistas me asegurasen por Dios que no pasa de ser otra forma de hablar su catalán).

p.d. – Y con todo el respeto por el jersey, por las gafas o por el pañuelo de María… pienso que aquellas alpargatas son las mas chulas que he visto en mi vida.


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martes, 6 de septiembre de 2011

Purificación García

Purificación García

No tengo fetiches de personajes mediáticos. No me despiertan especial atención ni me cautivan más que los otros. Sospecho que, a menos que alguno me suscite empatía en particular, el hecho de que aparezcan aquí y allí, me desalienta tenerlos aquí. Pero siempre hay excepciones y Purificación García es una de ellas. Esta señora (sus creaciones y su imaginario) me persigue desde hace años. Como si estuviera conmigo en la iglesia donde se casó un amigo, cuando otro pasa por mi lado, me señala su nuevo traje y me guiña el ojo con ese aire de sinvergüenza que va a engañar a unas cuantas solteras. Como si compartiéramos la misma mesa de comedor, donde el campo de visión ocupado por mis amigos, me parece todo lleno de camisetas, polos y jerséis con cuadrados de colores en el lado izquierdo del pecho. Como si, cuando subo las escaleras de mis discoteca favorita y siento ese aumento de la temperatura fuera ella quien me dijese "quitate la chaqueta" y me la atara en la cintura con un nudo simple. Como si en medio del tráfico fuera ella la que me recordara que hacerse el nudo de la corbata mientras uno se cepilla los dientes no es la mejor idea. O que me hiciera saber desde la ventana de mi habitación, que si tengo la intención de salir a correr bajo la lluvia, que lleve mejor mi chubasquero favorito. Porque, como le traté de explicar en mi débil castellano:

- Hay marcas que nos visten. Otras que nos acompañan