
Me preguntan "¿Cómo encuentras a esas personas?". No las encuentro, simplemente doy con ellas. Me intereso, quizás, un poco más por aquello que me rodea. De un niño con uniforme, pensé es el hombre con mejor pinta de la playa de Carcavelos. En el gesto banal de coger la tabla descubrí el contraste perfecto con la corbata que llevaba al cuello. Yo no encuentro a nadie. Sólo les presto más atención que los demás. En el momento que un milanés escribe un mensaje de texto, un madrileño pasea a su perro o una lisboeta carga con dos garrafas de agua. ¿No habría reparado cualquiera de vosotros en una de estas personas? ¿No habría reparado cualquiera de vosotros en Sam, en uno de esos días de invierno en lo que parece ser verano en Carcavelos?