Y no paraba de decirme:
- !Pero yo no salgo bien en las fotos!
Y yo insistía, absorto con aquella chica que no parecía desconfiar del encanto que tenía:
- No te preocupes Mariana. Imagina que no estoy aquí. Sigue hablando con tus amigos y olvídate de mi.
(Y si esto no fuera suficiente ella me preguntó en un tono dulce "estás bromeando conmigo?" cuando le di a entender que, muy probablemente, su foto sería también publicada aquí)